Cuba: medio siglo de bloqueo
Era febrero de 1962 cuando el entonces presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy emitió la Proclama Presidencial 3447 para imponer el bloqueo económico total contra Cuba.
En la introducción del documento, donde se mal define como embargo, se explican las "razones" para establecerlo: la Ley de Reforma Agraria, dictada por La Habana el 17 de mayo de 1959, y la nacionalización de propiedades norteamericanas en agosto y octubre de 1960.
Tal argumentación no era más que un recurrido pretexto, pues aunque Cuba adoptó esas medidas haciendo uso de su legítimo derecho, antes ya el entonces presidente Dwight Eisenhower, en febrero de 1959, había ejecutado disposiciones y puesto en marcha planes dirigidos a ahogar a la economía de la mayor de las Antillas. Para cumplirlo, entre las primeras normas que se aprobaron se encuentran las Regulaciones para las Importaciones Cubanas de 1962. Semanas después estas disposiciones fueron enmendadas por la Ley de Comercio con el Enemigo. Otro grupo de normativas fue adoptado en 1963 bajo el nombre de Regulaciones para el Control de los Activos Cubanos, entre ellas estuvo la prohibición impuesta a los ciudadanos estadounidenses de viajar a Cuba.
Según el más reciente informe presentado ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) los daños ocasionados, calculados a precios corrientes muy conservadores, se estiman en más de 104 mil millones de dólares. En el propio documento se asegura que si se toma en consideración la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado financiero internacional, la afectación a la economía cubana sería superior a los 975 mil millones de dólares".
Según el más reciente informe presentado ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) los daños ocasionados, calculados a precios corrientes muy conservadores, se estiman en más de 104 mil millones de dólares. En el propio documento se asegura que si se toma en consideración la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado financiero internacional, la afectación a la economía cubana sería superior a los 975 mil millones de dólares.
El bloqueo se mantiene a pesar que desde 19992, la comunidad internacional lo ha condenado.
Por qué bloqueo y no embargo
El Derecho Internacional y la propia legislación norteamericana dicen que el embargo consiste en una orden o proclama, emitida por un Estado en tiempo de guerra. En virtud de ello son colocados los buques mercantes extranjeros y sus cargamentos, y excepcionalmente otras propiedades extranjeras, bajo el control del Estado.
Otros textos reconocen que el embargo es una forma judicial de retener bienes para asegurar el cumplimiento de una obligación contraída legítimamente. Puede ser también una medida precautoria de carácter patrimonial autorizada por un juez, un tribunal u otra autoridad competente, con igual propósito de cumplir por el deudor sus compromisos con sus acreedores.
Cuba, desde 1962, ha sido víctima de increíbles formas de estrangulamiento económico y de hecho las acciones que se ejercen contra La Habana trascienden esas definiciones de embargo. En tal sentido hay que hablar de bloqueo, como sanción unilateral, que aplica en tiempo de paz, medidas de tiempo de guerra.
Desde la Conferencia Naval de Londres, de 1909, es un principio aceptado en el derecho internacional que: "el bloqueo es un acto de guerra", y siendo así, sólo es posible su empleo entre los beligerantes.
Como se apreciará, entre embargo y bloqueo hay grandes diferencias en términos jurídicos y prácticos, razón por la cual no deben confundirse.
Desde la Conferencia Naval de Londres, de 1909, es un principio aceptado en el derecho internacional que: "el bloqueo es un acto de guerra", y siendo así, sólo es posible su empleo entre los beligerantes".
El bloqueo prohíbe a los norteamericanos, a las empresas estadounidenses y a sus subsidiarias creadas en otros países bajo la legislación de esas naciones, gastar o invertir en la mayor de las Antillas, comprar a empresas cubanas, también a terceros y vender cualquier producto o servicio a la Isla.
Además impide que barcos de cualquier país acepten dólares norteamericanos en depósito o como pago a un cliente cubano; que una empresa de la mayor de las Antillas pague en dólares; que fondos relacionados con empresas cubanas pasen por Estados Unidos incluso a través de otros países; que un banco de propiedad norteamericana en cualquier lugar del mundo preste o en general ofrezca cualquier tipo o forma de crédito en que se pueda beneficiarse una empresa cubana. Por esa política se prohíbe a embarcaciones norteamericanas tocar puertos cubanos y a las de otros países que así lo hagan, se les frena la entrada a puertos estadounidenses hasta seis meses después.
El recrudecimiento
La Ley Torricelli -promulgada en 1992 por George Bush- fue uno de los mecanismos adoptados para arreciar la asfixia, acorralando el comercio de medicinas y alimentos de Cuba con las subsidiarias de compañías estadounidenses asentadas en terceros países.
Justamente otra prueba de la extraterritorialidad del bloqueo y de la búsqueda de su intensificación llegó en 1996, cuando se puso en vigor bajo el gobierno de William Clinton la Ley Helms-Burton.
Obama y un falso discurso
Recuerdo muy bien en 2004 cuando el entonces senador Obama criticaba al bloqueo impuesto a Cuba. Ya durante su campaña electoral, las cosas fueron cambiando y llegó a declarar que no levantaría el bloqueo. Luego, su vicepresidente, Joseph Biden declaró que el bloqueo se mantendría y sería utilizado como herramienta de presión política sobre Cuba.
El 11 de septiembre del 2009, el presidente Obama ratificó las sanciones económicas contra Cuba bajo la “Ley de Comercio con el Enemigo”, declarando que son de interés nacional para Estados Unidos. Esa propia Ley de Comercio con el Enemigo, permite al mandatario imponer medidas de emergencia económica pero solo durante tiempo de guerra o ante la existencia de una amenaza a los intereses de seguridad nacional.
En la actualidad se mantiene la aplicación rigurosa del bloqueo y sus más crudas bases esenciales. Entre estas últimas están las restricciones al comercio, las transacciones financieras, los servicios, la prohibición de los viajes de los norteamericano, así como la vigencia de mecanismos burocráticos para la aplicación de toda norma.
Medio siglo de bloqueo de Estados Unidos contra CubaSi bien desde la llegada a la Casa Blanca del actual dignatario se han otorgado un mayor número de visas y licencias de viajes, no se han eliminado muchas de las restricciones impuestas por el presidente George W. Bush en el Plan Bush.
Todo ello se produce en un contexto en el cual desde fines del 2008, académicos, empresarios, religiosos y otros sectores de la sociedad norteamericana han reconocido el fracaso de la política contra Cuba y reclaman su modificación. Un 70% de los norteamericanos respaldan el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba, el 50% considera que Estados Unidos debe levantar el bloqueo y 59% de los emigrados cubanos favorecen la libertad de viajes de los norteamericanos a Cuba.
El bloqueo y la actual campaña electoral
La campaña electoral en Estados Unidos anuncia un recrudecimiento del bloqueo, al menos en el discurso, sobre todo de los precandidatos republicanos muy comprometidos con sectores más conservadores de la emigración cubana de La Florida, estado clave en la contienda. Mientras, en los sectores más extremistas de la ultraderecha cubanoamericana, crece la desesperación porque las transformaciones puestas en marcha por Cuba comienzan a dar resultados y en un año electoral, los políticos norteamericanos, lejos de reconocer estas realidades, apostarán a cortejar el extremismo anticubano.
Sin embargo, parte de los cubanos radicados en Estados Unidos desaprueba el bloqueo.
Fuente: Dra. Ana Teresa Badía Valdés, de Radio Rebelde
Martes 7 de febrero de 2012
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