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Oda por unos Cocodrilos rojos...

Oda por unos Cocodrilos rojos...

  Con la última lámpara apagada del estadio Victoria de Girón, en Matanzas, caminaba la madrugada de este viernes, luego de que la algarabía de cornetas, gritos y sirenas irrumpieran abruptamente en los miles de oídos atentos al séptimo choque entre Leones y Cocodrilos.

   La 51 Serie Nacional de Béisbol, confirmó que en Cuba este deporte sigue siendo el rey, más allá de las polémicas mediáticas que defienden al fútbol.

   En la urbe de ríos y puentes el despertar de su equipo, luego de 20 años en el sótano, devolvió la pasión por acudir al diamante, apoyar a la novena de Víctor Mesa (VM32) y soñar...

   Cuando esta madrugada finalizó el partido y los azules se alzaron con la victoria, merecida por su innegable historia en los campeonatos nacionales, quienes vestían de rojo, en las gradas, respetuosos y solidarios como buenos anfitriones aplaudieron a los rivales, y salieron también a festejar la actuación, fuera de pronósticos del equipo local.

   En la conferencia de prensa Lázaro Vargas, se quitó la gorra y refirió que Matanzas merecía felicitación del pueblo de Cuba por su estelar actuación, deseos de jugar a la pelota y combatividad indiscutible en el terreno, algo que también confirmó Carlos Tabares, destacado pelotero azul.

   Claro, las trompetas no sonaron tan alto, la conga industrialista desbordada por la avenida Martín Dihigo, que da acceso al estadio ensordecía, y los matanceros, aunque querían más, reconocían en Antonio Romero, una especie de “verdugo” que cerró la afilada boca del caimán cubano.

   Con el rostro cansado llegó VM32 a la sala de prensa del estadio Victoria de Girón, reconoció el ímpetu industrialista y las cosas que no salieron bien en esta séptima jornada, crucial para llegar a discutir la final.

   Mirando de frente saludó a la afición que le acompañó desde el primer día y que confió en su capacidad como manager para salir del pantano 14 al podio con el tercer puesto en la 51 Serie Nacional. Recibió un aplauso respetuoso, prometió el encuentro para la temporada 52.

   Ya apenas sonaban sirenas, la madrugada avanzaba tibia, en su partida VM32 alzó la mano para despedirse de periodistas y fotógrafos, me pareció ver una lágrima y, créanme no era, precisamente de Cocodrilo...

Por Bárbara Vasallo Vasallo, AIN

Viernes18 de mayo de 2012

 

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